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Mostrando entradas de noviembre, 2020

Atados al poder

El rostro del macabro desencanto impuso su mirada obsesionada, con toda libertad sin esperanza llenando con angustia cada paso. Y el odio convenció desde el quebranto pues hubo de lidiar con la indolencia, con tantas discordancias sin respuestas, murallas entre absurdos y mentiras que anulan la verdad con la desidia y esconden la virtud tras la miseria. Esconden la virtud tras la miseria dejándose llevar por sus vacíos, confunden lo esencial y lo genuino viviendo la oquedad de la soberbia. Se valen de la envidia y la blasfemia en medio de senderos de arrogancia, defienden su verdad enmascarada creyendo en la mentira vehemente, atados al poder que los convierte en crueles dictadores que amordazan.

Tu ausencia dejó huellas

  Que tu olvido me está despedazando y sufro en mi cansancio la agonía, no sé si fue por miedo o por porfía tu ausencia dejó huellas lacerando. Y pude discrepar sin herir tanto pues sé que en el dolor sangra la herida, maldito desamor que niega vida y alcanza la nostalgia en el quebranto. Ya sé que te perdí, no importa cuándo y siento que me falta la energía, se acaba para siempre la armonía y escucho mi silencio litigando. Y duele asimilar que no hubo encanto tan sólo la obsesión en su estampida, dejando su borrasca desmedida y el rostro del macabro desencanto.

En medio de las penas

  Cuando al alzar gloriosa la Navidad esplende en medio de las penas que ahogan la alegría, ella su paz regala con gozo, con albricias que anuncian sus bondades cuando el amor ofrece. Y brillan las estrellas y el cielo las consiente, miríadas de anhelos bendicen horizontes tan límpidos y puros, sin odios ni rencores, que adoran lo supremo, censuran la arrogancia en su verdad más plena, mientras con fe se alcanza superar las barreras que oprimen a los hombres.

Cuando el insomnio parpadea

  Insomnio que alimentas mi desvelo, miríadas de imágenes que fluyen que llegan en su raudo desenfreno dejando desafíos entre luces. Vigilia que desata la costumbre en medio de lo ríspido y lo oscuro, enigmas que castigan los minutos en tanto vitupera en el cansancio, el íntimo espejismo solitario que huye de la injuria y del insulto. Entonces confabulan los anhelos, las tantas añoranzas desprendidas, celosas perpetúan el silencio aquellas que causaron mil desdichas. Se apega a la nostalgia vitalicia que incauta en su imprudencia desespera, en tanto en su revuelo la conciencia precisa solazar al galicinio pues ama el rosicler en lo divino aún cuando el insomnio parpadea. Las letras se atropellan en el ruedo enfrentan sus verdades desveladas, prefieren asumir el florilegio y hacer que reverdezca la esperanza. Osado el laberinto que propasa la aurora en el intento que blasona, en tanto la ansiedad se desempolva y asume su rescate tempestuoso tratando de aliviar todo el insomnio que augur

Mientras en el monte

 Junto al universo nuevos derroteros llegan y convergen con nuestros anhelos, surtiendo esperanzas, alistan senderos auguran quimeras y abrazan desvelos. Auguran quimeras y abrazan desvelos son tantos caminos plagados de sueños, que juntos bendicen instantes, revuelos cascadas de luces en fieles empeños. Cascadas de luces en fieles empeños revelando huellas comparten consuelos, que besan azares y ofrecen ensueños entre madrigales sin sombras ni celos. Entre madrigales sin sombras ni celos se espera del alba sus trinos primeros, mientras en los montes pinceles gemelos dibujan señales, mensajes certeros.

Mientras besa la lluvia

  Mientras besa la lluvia con su arpegio solemne el enigma del cielo su albedrío nos deja, confirmando su impronta, su benéfica huella entre tanto la orquesta presurosa se ofrece. Es hermosa y sublime la mimosa cadencia cuando firme requiebra vigorosa los valles, melodiosa fortuna que se luce entre azares en colinas de anhelos y pendientes severas.  En el manto del río la sonrisa campestre hace guiños que acogen lo feraz y lo intenso y el torrente que fluye por el cauce revuelto se acicala en la esencia del hechizo que asperge. Nos regala el abrazo, la pasión de su ofrenda mientras goza el diluvio del instante divino, concentrado en sus notas, festejando el arribo va luciendo sus galas el Otoño que espera. Mientras besa la lluvia con su arpegio solemne es hermosa y sublime la mimosa cadencia, en el manto del río la sonrisa campestre nos regala el abrazo, la pasión de su ofrenda.

Sin miedo

La luz que aprisionara tus destellos se vió comprometida de repente, vagando en la penumbra que indolente vetaba el esplendor de tus cabellos. Dejando las presiones de plebeyos muy juntos defendieron vehemente, la causa propugnada diferente sin celos, ni mentiras ni atropellos. Y diáfana se asoma la esperanza no entiende de trifulcas ni quebrantos, en tanto va sanando su añoranza. Es cierto, se atesoran los encantos lanzando al universo una alabanza, sin miedo de enfrentar más desencantos.