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Mostrando entradas de enero, 2021

Mas siempre nace el verso

Allí estará mi pluma acariciando instantes de mis sueños compartidos, tratando de aliviar tantos pesares con versos que acompañen lo genuino. En medio del andar entre tormentas tratando de abrazar los acertijos anhelos que se escapan sin regreso y el tedio acorralado en el abismo. Allí estarán las horas y los días, senderos transitando laberintos, espejos que atraparon mi utopía y osados testimonios del exilio. En tanto el corazón surte y convence son tantos los recuerdos peregrinos, aquellos que intentaron acercarnos y luego convidaron al olvido. Mas siempre nace el verso en el desvelo y besa con su tinta mi delirio esparce su clamor mientras contempla detalles en las gotas del rocío aquellos que se vuelcan desde el alma y lanzan su mensaje de improviso al tiempo que sostienen las alianzas que inspiran entre auroras los idilios.

Haciendo primaveras del ocaso

Sin miedos ni enredados acertijos  me acerco a lo cordial sin titubeos, han sido tan enérgicos los ruegos y el eco del amor entre suspiros. Caprichos con silencios compartidos en medio del oasis de palabras, imponen sus enigmas, su abundancia tan sólo acariciando una sonrisa, aquella que despierta en su porfía se entrega al albedrío en su algazara. Y entonces cruza el alma la frontera no hay muros que sofoquen su aventura, supera la obsesión de tantas dudas y enfrenta la maldad desde su esencia. Responden la osadía y la entereza, es hora de anular los desengaños, de actuar con la verdad dando su espacio al tiempo que es el máximo testigo, que infunde lo valioso y lo genuino haciendo primaveras del ocaso.

Acaricias mi versar

Eres mami mi alegría, mi escudera y acaricias mi versar cual primavera. Eres vasta inspiración mientras suspira, que florece en la razón cuando me mira y apasiona en su remanso lo que admira con la misma devoción que nunca expira. ¡Eres eso y mucho más, mi consentida tu cariño es el caudal que me da vida! Siempre acercas tu virtud a mi quimera y en mis versos siento el tono de tu lira mientras besas la verdad nunca rendida. Siempre sabia y encendida, va la luz de la bondad con su paciencia sosteniendo en el amor toda su esencia.

Confiesa el corazón

Es cierto que es el tiempo fiel testigo, el mismo que alimenta los senderos aquel que en la misión surte el secreto,  unido a la esperanza en el camino. Y es cierto que el andar vence el abismo aún cuando el dolor cobra su efecto, se enfrenta al desamor desde el desvelo en tanto se supera lo sombrío. Confiesa el corazón su cometido y expresa la razón de su silencio, comparte en el hacer todo su empeño y entrega su verdad con sacrificio. No hay dudas del más firme vaticinio que añora la mirada del deseo, pactando lo feraz del universo sin miedos ni enredados acertijos.

Allí me encontrarás

  Y allí me encontrarás sin más penumbras, dispuesta a continuar, dejando huellas. Allí me encontrarás siempre entre letras confiada, persistente y tan ilusa. Entonces notarás de mi silencio que inspira el fiel adagio en un suspiro, podrás atesorar notas y mimos en tanto se concibe el sortilegio. Habrán de conciliarse tantas cosas,  pendientes que quedaron sin respuestas, presiones que se agolpan entre rejas y ansían liberarse con la aurora. Mas siempre añorarás cada mañana mis horas entre musas atrevidas las locas escapadas, las caricias las noches entre anhelos y miradas. Allí me encontrarás, te lo aseguro la pluma ha bendecido a la esperanza y en medio de lo adverso la alborada reclama su esplendor en nuestro mundo.

Arpegio peregrino

Adagio del periplo consagrado despide al corazón de su pasado. Y aplica las lecciones al presente surtiendo el fiel amor siempre evidente. Revela al horizonte lo eminente y besa el pentagrama irreverente. Senderos que comparten lo genuino impactan con su bálsamo divino. Viviendo el despertar que se ha alcorzado celoso en el deber que simplemente se nutre de las prendas del camino. Arpegio peregrino, que infunde lo feraz de la confianza: ¡dejando abierta el alma a la esperanza!   

Desde el alma las quimeras

¡Osadas convicciones que no expiran y en medio de lo adverso nos inspiran! Tan diáfanas, vitales, verdaderas que cumplen su labor como escuderas y llevan sus verdades mensajeras, sin sombras de falacias lastimeras. Sensatas, siempre humildes, ingeniosas se entregan a su andar maravillosas. Tan firmes, convincentes mientras miran osadas desde el alma sus quimeras: ¡Ensalzan sus bondades generosas! 

Mirando al corazón

  Promulga su anhelada primavera y encuentra en el consuelo la esperanza, que justa persevera en la confianza y asume la unidad sin más frontera. Ya es tiempo de sanar lo que lacera, el mundo nos acoge sin venganza promueve la verdad mientras alcanza la vasta intensidad de una quimera. Es cierto que el camino se enriquece de aquello que fecunda con prudencia, mirando el corazón mientras florece la estampa de un amor en su frecuencia que vibra en la medida que se crece y ansía el renacer de la conciencia. Quizás en la paciencia, se venzan esos miedos que deliran osadas convicciones que no expiran. 

Enfrenta con virtud el desafío

  Y busca al fin saldar sus compromisos en medio de una adusta trayectoria, difícil la misión contradictoria que impone sus conceptos bien precisos. Son tantos los acuerdos, los permisos que hicieron patentar digna la historia, aquella que sin máscara ilusoria se afianza en derroteros tan concisos. Y siempre da la cara sin trastienda enfrenta con virtud el desafío con gozo, sin pesares y estupenda. La diáfana razón que en el estío se lanza presurosa a la encomienda que busca la emoción del albedrío. Sin sombras del hastío, pregona su verdad que justiciera promulga su anhelada primavera.

Venciendo esa nostalgia peregrina

  De nuevo caminando entre mis letras buscando algún abrigo de consuelo, me entrego al frenesí de mis desvelos y alivio esta añoranza tan compleja. Es duro asimilar esta sentencia difícil conquistarte nuevamente, yo sé que entre derechos y deberes la vida nos convoca y nos inspira, con sabios pensamientos que concilian aquello que movió los intereses. De nuevo en el capricho del sendero se escapa la sonrisa que encubierta, rebusca en su pendiente la diadema que juntos escondimos en secreto. Y abraza la esperanza en el momento pues sabe que el amor sigue su ruta, se nutre del andar, de la fortuna que libre en su promesa se atesora, dejando cada huella en la memoria que escribe su verdad sin más preguntas. De nuevo en tu mirada me cobijo y ansío redención entre tus brazos, conservo la energía del pasado en tanto me sofoca este vacío. Tal vez la soledad y el egoísmo pusieron su distancia lastimera, mas quiso la verdad saltar ilesa la oscura sensación de la agonía, venciendo esa nostalgia