Confiesa en su deleite



Es tanto el desafío que la inspira
que el reto de atreverse le reclama,
le besa los sentires mientras ama
y acude con la fuerza que conspira.

Prefiere amenizar junto a la lira
y luego embellecer cuando declama
el verso que acicala el panorama
y deja su placer mientras delira. 

Brillando en lo sublime intensamente,
fulgiendo deslumbrante y visionaria
la musa muestra un rostro opalescente.

Cual dama que se siente necesaria,
confiesa en su deleite vehemente
la innata complacencia legendaria.









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