Con su esencia seductora



Contagia con su esencia seductora
el trino del desvelo en su parnaso,
revuela con la musa sin descanso
y ofrece su emoción a todas horas.
En tanto en el sendero se acomodan,
la brisa con la magia de su canto,
la lluvia refrescando su remanso
y el suave tintineo de sonajas
que invitan al placer de su algazara
y al tierno acariciar en el ocaso.


Sorprende el corazón con su romanza,
él sabe del amor y de lo tierno
que inspira la intención  del sortilegio
y entorna agradecido la mirada.
Gozando del nacer de la mañana
deslumbra junto al iris la alegría,
se crece en la bondad de sus albricias,
inmerso en el frescor de su rocío
y mientras se  arremeten desafíos
que hablan del quehacer que no limita.





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