Desde el torrente de su aventura


Tan alocada la clandestina,
esa que llega sin más censura
con su traviesa tinta genuina.

Desde el torrente de su aventura
invade el alma quien peregrina
libre y osada sin atadura.

No se limita, sigue divina,
plasma matices con su hermosura
mientras cincela lo que imagina.

Y se enternece cuando murmura
en el capricho que la domina
mientras florece sin armadura.

Tan alocada la clandestina,
desde el torrente de su aventura
no se limita, sigue divina
y se enternece cuando murmura.



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