Junto al trinar lisonjero



Es admirable la lira
que acompaña cada arrullo
y el más sublime murmullo
del poeta que se inspira.
Mientras en versos suspira
junto a las notas viajeras,
se estremece entre quimeras
para besar el tintero,
con el iris placentero
que aquilata primaveras.


Llega hasta el alma el suspiro
del amante sin recato,
besa el albor de inmediato
sin pensar en el retiro.
Se deleita en el papiro
de su cuerpo la dulzura,
abre brechas la locura
de la entrega y del anhelo
que bendice hasta el revuelo
derribando su armadura.


Y ese numen no se agota,
sorprende el ilustre bardo
gentil, audaz y gallardo
con el brío que denota.
Deja el alma en cada nota,
se apasiona el caballero
y el ingenioso tintero
nos ofrece sus auroras
divinas, encantadoras
junto al trinar lisonjero.





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