Mi carta de Navidad Foro de Poesía Shoshan

Mi carta de Navidad


En el rocío del estío


Aquí estoy con un caudal de letras atropelladas en pensamientos,
queriendo surtir de esperanzas cada rinconcito del alma que se debate entre tribulaciones y plegarias.
Siento que el corazón escruta lo increíble, que abraza cada verbo sin disfraces ni falacias y toma la inspiración de su mano para latir con ella, para acercarme a esa luz que irradia el optimismo que es todo perdón, que sabe esperar y perseverar en la verdad suprema del Espíritu de Luz que nos bendice.
Y entonces visualizo la estrella, la misma de Belén, aquella que en con su brillo infinito ha logrado el esplendor en un pesebre humilde pero tan pleno en su grandeza espiritual que se perpetúa más allá de las creencias y las diferencias. A esa estrella me dirijo en esta prosa, sin cuestionar nada, tratando de aquilatar su luz en mi interior, para dar gracias a la vida, al misterio de la fe, al silencio de la aceptación y al sacrificio sagrado de la cruz redentora.
A la noche divina que transformó el curso de la historia, que transfiguró la Palabra y  la humanizó para caminar de la mano del Padre llena del Espíritu Santo, a esa noche también van mis letras, al canto de los ángeles, a la paja del establo que fue bendecida con la vida, al manto de la virgen, al gran amor de José, al milagro de la encarnación, y al Verbo del hacer que no claudica.
No pido nada y acepto todo el amor
que me regalas, estrellita de luz y de esperanza!
Tú enseñas el camino, vislumbras horizontes, iluminas senderos, presentas los valles y las colinas, los caminos angostos, las pendientes. Inspiras desafíos, convocas a la humildad sin espejismos, a confiar en la verdad que no se esconde que muestra la vida con todos sus matices, con rosaledas y abismos, con oasis y desiertos entre laberintos y alboradas.
Sé muy bien que sumas y no divides, que aceptas con respeto y vehemencia, que te duele el fanatismo y la oscuridad del pensamiento, que no entiendes de traiciones ni egoísmos, que el odio te lastima y el flagelo de la envidia te lacera.
Aquí estoy en medio del iris de tu amor atrapada en la pasión de tu palabra, esbozo la esperanza que genuina me confirma el gran placer de que me amas.
No pido nada y acepto todo el amor que me regalas,
estrella de virtud y de confianza.
Te ofrezco en el rocío del estío  eternas primaveras de alabanzas.


Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul
Diciembre 21 del 2015



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