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Mostrando entradas de agosto, 2014

Bregar

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Alcorzan el oasis del momento los besos que consuman el idilio, comparten el auténtico delirio y el loco frenesí de un sentimiento. Genuino es el vital deslumbramiento del alma en su etéreo domicilio, pactando en el bohemio pervigilio la entrega de su espíritu irredento. Ardiente una caricia desvelada comulga de pasión en su derroche, fluyendo entre requiebros los placeres. Suspiros amorosos en la noche inspiran levantiscos rosicleres y el délfico bregar de la alborada.

No sé

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No sé si es esperanza o agonía la ignota sensación que se revela, absorta en el murmullo de unas letras  irrumpe el laberinto del suspenso. Tal vez un vendaval de sentimientos atónito retorne ensimismado, sorprenda al horizonte estupefacto e impele con la fuerza que le inspira. Incita confesiones y arrebatos conjura impenitente lo lascivo,  no sé si habrá un quizás correspondido que anule la obcecada intolerancia. Infunde vehemencia desde el alma, repele la mentira solapada que esconde la verdad en la algazara ruidosa de sofismas y de engaños. No sé si en la locura del idilio estrumpe suplicante el embustero, lo cierto es que se esfuma en el silencio la argucia enmarañada de las dudas. Y mientras la alborada nace ilusa de anhelos que disipan la nostalgia, testigos confidentes acicalan la impronta del amor y su albedrío.

Revelando su hermosura

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Hoy la musa complaciente llega así precipitada, con su nota aderezada se acrisola simplemente. Guarda el alba reluciente vierte su tinta genuina, hacendosa y peregrina teje caprichos en versos y hermana los universos siempre leal y divina. Y aunque a veces confundida se cobija en la nostalgia, hace que brille su magia cual aliciente de vida. Fluye ilusa y sin medida se acicala entre primores, pincelando los colores cuando el ocaso quebranta, mientras el numen encanta los torrentes surtidores. Si el cansancio vitupera cuando la añoranza implora, seca el llanto y atesora su cascada en la quimera. Es tolerante en la espera, nutre el alma en su aventura y es adagio de ternura cuando sorprende el rocío, en madrugadas de hastío revelando su hermosura.

En tu poema

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Percibo la ansiedad en tu poema, el grito entre sollozos desde el alma la oscura sensación del anatema, vacío existencial que no se calma en tanto el desamor y la añoranza ahogan la virtud que se desalma. Recorro letra a letra la templanza y el eco del amor que nos convida, alcanza plenitud en la esperanza cual ruta desafiante y prometida, que es fiel a la razón de la quimera   buscando el horizonte conmovida. Abrazo la intención de tanta espera, el ínclito placer del albedrío que goza el renovar cual primavera y anuncia el florecer en lo sombrío, con tanta intensidad y vehemencia luciendo con donaire en el estío.  Trasciende verso a verso sin licencia y estrumpe irreverente en el exilio, llevando en lo profundo de su esencia el tórrido remanso del idilio, en tanto yo descubro en tu poema  las huellas de un continuo pervigilio.

Enredada en sus desvelos

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¿Qué le sucede a la lira que se condena y se culpa? Siente que sufre la pluma entre nostalgias perdidas. No es la misma que domina lo dilecto y lo profano, siente el dolor del ocaso, se quiebra entre sus lamentos cuando atenazan recuerdos remembranzas del pasado. No se conforma la ilusa enredada en sus desvelos, busca matices bohemios entre notas que se esfuman. Ya no susurran las musas en el vaivén de la brisa, y los jilgueros suspiran junto al arpegio del bosque, mientras destilan los montes su romántica ambrosía. Eclosiona en los azares y es peregrina en la aurora, cuando entre luces retoñan lantanas y tulipanes. Se obsesiona entre zorzales, alondras y golondrinas, sorprende en la diamantina alborada de aventuras, de alborozo y travesura la algazara de las rimas.

Lindeza

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Lisonjas entre luces y azucenas, de cantos levantiscos en los montes pregonan sus efímeras visiones, al son conmovedor de las estrellas. Irrumpen la razón del sortilegio incluso en su cadencia confesada, las musas que se ingenian desveladas venciendo el desamor y el vituperio. La luna rebosante en sus enigmas conspira confidente en la algazara, cual dádiva fecunda nos regala El mito de un amor que no claudica. Renuncia en el silencio la censura, impávido el agravio vapulea y ayuna tras las sombras y entre rejas, el délfico rubor que se deslumbra. Y mientras la romanza va ligera tan libre en el arpegio de los bosques, el bello panorama de esplendores escruta un horizonte de lindeza.

Y volverá el otoño

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Y volverá el otoño entre laureles, despedirá el verano en un suspiro  y arrullará romántico el rocío de blancos horizontes y cipreses. Es el andar que nunca se detiene en medio del sendero que no ignora, bohemio en su bregar mientras tremola invicto en el crisol de amaneceres. Encubrirá memorias recurrentes de tórridos silencios y aventuras, esperas sibilinas con la luna y anhelos de pasión irreverente. Abrazarán las noches de septiembre las sombras y vigilias del ocaso, irrumpirán ilusas por los campos quimeras en sus místicos arcenes.

Entre suspiros

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  Quedándote dormido en mi regazo disfrutas del amparo placentero, te admiro amaneciendo en mi sendero atado a la ternura de un abrazo. En tanto en el consuelo del ocaso vislumbra un rosicler aventurero, cobija la altivez del escudero y anula el pesimismo del fracaso. Tú gozas de mi aroma entre suspiros buscando el cenital acoplamiento, en tanto yo me sumo a tus respiros. Delira la intención de un juramento y expelen los jazmines entre siros que alcorzan el oasis del momento.

Alas

Alas de gratas quimeras que no cesan su aleteo, ensortijando de anhelos madrugadas de ambrosías, con el concierto de letras en frenética eufonía. Alas de ilusas sorpresas que dominan con denuedo, sin rendirse en el desvelo de cruciales despedidas, cuando la nostalgia acecha en el álveo de la vida. Alas que surcan inquietas torbellinos de silencios, tremolan en los desiertos cuando el ocaso delira, junto a la luna bohemia que es la cómplice genuina. Alas de versos y estrellas en rosicleres de sueños, son confidentes etéreos  de luciérnagas divinas, que nos regalan siluetas como almenas encendidas.

Místico

Ilusos manifiestan sus honores sin manchas de arrogancia ni entresijos, revelan los soñados acertijos que inspiran rosicleres seductores. Y saben discernir entre clamores espectros de visiones y amasijos, trinares sin censuras ni atadijos que entonan sus romances delatores. No hay dudas que en el canto milagroso florece la virtud cual sortilegio que ofrece su caudal maravilloso. Se escucha en el azar un florilegio que surte en su concierto prodigioso el místico arrebato de su arpegio.

Sin tregua

Y allí empezó sin tregua la amarga despedida de abismos intrigantes, quebranto y confusión, vertió el ayer callado su lágrima escondida tratando desde el alma sanar tanta obsesión. Silencio aquilatado consterna estrepitoso, visiones y espejismos esculpen el dolor,  estalla lastimero tan frágil y angustioso buscando en otro cielo la euforia del amor. Impetra sofocante mi verso al embustero, implora vehemente que cese el desamor e inspira el fiel testigo crucial del escudero que estrumpe con su adarga venciendo el estupor. Atávico un anhelo genuino desde el alma libera su atadura y enfrenta el desafío. Quizás con el denuedo vital llegue la calma  que anulen oquedades nefastas del hastío.

Vierte la brisa

Vierte la brisa su magia siempre diáfana y viajera, llega radiante en la espera y acicala primorosa, el enigma de la rosa delirando su nostalgia. Se pavonea agraciada con fragancia de doncella, siempre libre en la querella de enfrentar el desafío, del frenético rocío cortejando la alborada. Acaricia el coralillo que se enreda en la ventana, con lozanía temprana y el aroma de jazmines, ilusa entre serafines luce silvestre el velillo. Hiladas de aurora y plata hilvanando en ambrosía, la melodiosa armonía que no calla su añoranza y eclosiona en la esperanza cuando el céfiro arrebata.

Suman mis noches

Suman mis noches de andanzas rebosantes fantasías, son arúspices espías pletóricas de quimeras, que ambicionan primaveras consumadas de esperanzas. Suman euforias, aciagos, las distancias y lamentos, conjuran los pensamientos sus azares peregrinos, conspirando libertinos los insomnios entre halagos. Suman mis noches poemas y alucinantes visiones, confidentes emociones en rosicleres se inspiran, mientras los versos deliran con la luna y sus diademas.