En este adagio



Como en las serenatas nocturnales
me entrego a la ambrosía del rocío,
intento desprenderme del hastío 
y atarme a mis recuerdos ancestrales.

Cincelo en mis plegarias celestiales
el ánimo del gozo y del estío,
la huella sanadora en el vacío
que guardan las memorias tropicales.

Y el canto embelesado del suspiro
y el eco matinal de la esperanza
son fuentes del espíritu genuino.

Si acaso se atesora la añoranza
y vuela algún quebranto en su retiro:
me aferro en este adagio a lo divino.




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