Nos convida el Otoño

Nos convida el Otoño

Nigromante amanecer de las romanzas
 del ocaso alabastrino y reservado,
se presenta con ardicia de ilustrado,
quejumbroso y lastimero en sus andanzas.

Magistrales los pinceles con semblanzas
del rosáceo delirar enamorado,
se sorprenden con nostalgias del pasado
 hechizando los senderos de añoranzas.

Junto al eco seductor de contradanzas
de la brisa cenital en despedida,
fluyen briznas que contagian alabanzas.

Y es el ocre celestial que nos convida
al versado levantisco de esperanzas,
que engalana la ventisca presumida.



II

Engalana la ventisca presumida
la llegada del torrente lastimero,
con la osada tentación del hechicero
vapulea estrepitosa y sin medida.

Imprudente se emancipa la atrevida
cuando estrumpe su tonada en el sendero
y sorprende el rosicler aventurero
la vigilia de la aurora enfurecida.

Estremece de arrebato la porfía
cuando el viento vitupera en los abismos,
confundiendo la inquietud con la anarquía.

El Otoño vuelve en medio de espejismos
y regala lo mejor de su utopía,
vislumbrando misteriosos atavismos.


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