Vierte la brisa




Vierte la brisa su magia
siempre diáfana y viajera,
llega radiante en la espera
y acicala primorosa,
el enigma de la rosa
delirando su nostalgia.

Se pavonea agraciada
con fragancia de doncella,
siempre libre en la querella
de enfrentar el desafío,
del frenético rocío
cortejando la alborada.

Acaricia el coralillo
que se enreda en la ventana,
con lozanía temprana
y el aroma de jazmines,
ilusa entre serafines
luce silvestre el velillo.

Hiladas de aurora y plata
hilvanando en ambrosía,
la melodiosa armonía
que no calla su añoranza
y eclosiona en la esperanza
cuando el céfiro arrebata.

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