La brisa me conquista





La brisa callejera en algarada
suspira fantasías con su arrullo,
acerca la esperanza en el murmullo
del tierno amanecer de la alborada.

Destello cenital en la mirada
 alcanza el sortilegio que me hechiza,
si el céfiro de amor se ruboriza
travieso en su lisonja enamorada.

Abrazo con el aura consentida,
mimosa en su alboroto peregrino
al verso que indulgente me arrebata.

La brisa caprichosa va atrevida
y el arpa melodiosa de su trino,
galante me conquista en la sonata.

En tanto entre las ramas se desliza
cual iris la romanza delicada, 
que el gozo del lirismo vigoriza.










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