Se consagra la pluma que se inspira




Quebrantada la voz, mas no la esencia
del alma que enamora con su lira,
se consagra la pluma que se inspira
cuando el verso trasciende la existencia.

Flagelando sonrisas con violencia
la indignante maldad que gris conspira,
aferrada a la sombra que delira
va el horrendo pesar de la inconsciencia.

Melancólico albor y adusto duelo
tremolando celeste al horizonte,
en la aurora de lirios y desvelo.

Almenara de luz, trino y poema
florilegio de versos por el monte
y el crisol cultivado de una gema.





 A la memoria de Ángela Genoveva Henríquez

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