A las madres generosas


Mes que proclama belleza
aromático entre flores,
deleitando en sus primores
las cascadas de nobleza.
Sublime amor y entereza
renovada en cada aurora,
no se rinde cuando añora
el arrullo del cariño,
en la mirada del niño
que se espiga sin demora.
 
Se regocija el jardín
en este Mayo florido
de homenaje merecido
y aromático jazmín.
Ruboriza el carmesí
del clavel y la amapola,
la brisa tierna tremola
con su fragancia divina,
como dueña peregrina
del presente que acrisola.
 
Divertida es la verbena
cual rosaleda de versos,
surcando los universos
y arrullando cada escena.
En tanto la musa plena
inspira su romancero,
trinando como el jilguero
sus tonadas más hermosas,
a las madres generosas
cual adagio lisonjero.
 
 
 

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