Irremediablemente

 

  Irremediablemente me entrego a las caricias
desordenando sueños tentados que contagian,
anhelos ladronzuelos que entre revuelos plagian,
gemidos sin consuelo y arrullo en las albricias.

 No existe el desafío ni el reto inexorable
si el corazón nos habla, suspira en nuestro cielo
y el néctar nos embriaga del gozo ineluctable,
que alcorza con su almíbar el délfico desvelo.


Y así como la brisa hialina y peregrina
deleita en novedades y esplende en su aventura,
siente partir la noche de audacia clandestina
tan cómplice y callada, tan plena en su locura.

 Iluso desenfreno se empeña en las primicias
de amantes que abrazamos el Cénit del deseo
y el célibe arrebato trasciende sus delicias,
rijoso, atrevido y osado en su apogeo.


Veo nacer el fénix gallardo en su anarquía
agitado en alfombra de embrollo y desatino
e irremediablemente concedo la ambrosía,
que aturde los sentidos cual bálsamo divino.
 
 

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