Cuando la nieve llega

 

El cielo gris me invita a caminar sin prisa,
 bajo la blanca niebla etérea que suspira
y el nebular de insomnio en bóreas se disipa
en el arcén que aliena nostalgias repetidas.
 
 
Aquel azul lejano que infausto se enajena
se va tornando triste, fugaz cual luz de estrella.
La nieve va vistiendo su mágica tristeza
en tanto en el sendero su azar cubre mis huellas.
 
 
El cielo gris se aferra romántico a la estela
del cauce cristalino pletórico de penas,
mientras tanto algún verso bohemio en su quimera,
allá en el horizonte se embriaga con mis letras.
 
 
Endrina viste el alma su clámide de espera
e insulta de añoranzas quebrando rosaledas.
En medio del camino la nieve brilla espesa
y allá en el horizonte se romperán cadenas.
 
 
Arrullo de romanzas conspiran sus tristezas
brotando en sus acordes requiebro en primavera,
arpegios peregrinos, suspiros de alamedas,
aciagos compartidos en odas y promesas.
 
 
En tanto el cielo gris silbó su melodía
con notas de ansiedad que en versos se emancipan.
La nieve llega al mar celosa, tempestiva
y agita en la oquedad su azul melancolía.
 

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