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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Trece Años de Carlos Ariel

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Hoy cumples tus trece años edad de sueños, quimeras, en el andar que comienza atávico de promesas. Despide tierna inocencia esa etapa que se añora, que en recuerdos atesora cenital e inolvidable, la sonrisa inevitable de travesuras de antaño.   De travesuras de antaño que se evocan con nobleza, en el camino que empieza confirmando lo aprendido. Sin flaquezas ni artificios en esta etapa de anhelos, con el brío y el denuedo de vencer los desafíos, en cada reto atrevido en el bregar de los años.

Pretérito de ayer

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  Pretérito cansado de utopías regresa con las cargas que flagelan, azares contingentes que troquelan desplomes de intangibles fantasías. Pretérito que aísla ineludible el mito inapelable de espejismos, atrapa las quimeras sin lirismos y enigmas del andar incognoscible. Pretérito que fluye en apotegma forzando los estigmas que emocionan, adagios que evidentes colisionan cascadas del ayer que se deflegma. Pretérito y sentencia de aforismo que excedes las fronteras del lamento, ignoras la verdad y el fundamento y escondes entre sombras tu sadismo. Pretérito de efímeras sonrisas presagias el edén en densa espera, fingiendo entre falacias primavera y albricias entre espigas de artemisas. Pretérito de ayer, no más promesas ni ardid en la nostalgia consentida, exilia en tu holocausto la partida de absurdas soledades indefensas.  

Cascadas de mis sueños

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Hoy cumple su primer aniversario mi blog Cascadas de Luces. Todo un año compartiendo mis sueños, pesares, alegrías, el Olimpo de las musas que han cautivado mis instantes y el Delfos donde fluyen manantiales de esperanzas versadas entre nostalgias y añoranzas. 30 000 visitas que han dejado huellas en mi ser y motivan los deseos de seguir atada a mis letras, que son sin dudas las confidentes egregias de mis sueños. Gracias a todos los que me han seguido en este periplo de retos y desafíos. Todos han formado parte de esta Cascada de Amor que arrastra consigo la historia que escribe mis anhelos.  ¡Felicidades Cascadas de Luces!    Cascadas de mis sueños Cascadas de mis sueños han brillado las musas van danzado con la lira, confiando en el susurro que conspira el délfico parnaso que ha versado.   Cascadas de mis luces cual remanso del eco de mi voz que no silencia y el canto del azar y la inocencia: son letras peregrinas sin descanso. Cascadas de mis versos han

¡Qué bueno sería amigo!

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  ¡Qué bueno sería amigo al decir te quiero tanto, con el arrullo del canto del respeto y la armonía, sincera y tierna elegía del dilecto sentimiento, que extrapola el pensamiento sin banderas ni egoísmos y el perdón como aforismo: cual sagrado mandamiento!   ¡Qué bueno sería amigo hacer del verbo el sendero, caminando el derrotero de avatares siempre juntos, sin enigmas que presuntos distancien sueños y anhelos, compartiendo los desvelos en primicias y aventuras, dolorosas desventuras y lágrimas en los duelos! ¡Qué bueno sería amigo: multiplicar el Te quiero!  

Apuntando al alma

Pragmática dibuja el pensamiento osada la visión de tanta rabia, el hombre degenera el sentimiento que frívola y pueril vuelve su labia. Enloda la ilusión en los rincones de abyecto laberinto y desagrado, infames, miserables las legiones de seres cuyas almas han castrado. Absurda rebelión contra la vida cercena contagiando desventura, misiles de ignominia desmedida apuntan contra el alma y su cordura. Ni ateos, ni alquimistas, ni prelados ni ajenos ladronzuelos de la brisa, alcanzan atrapar sueños fugados ni el eco del dolor que lo precisa. Misántropo sopor en la tristeza de arisca soledad en agonía, humana transparencia en la dureza huraña de bregar en la porfía. Superflua la intención de la palabra que flota en la anarquía suspendida, el hombre universal se descalabra y embrolla el horizonte en despedida. La bestia ha suplantado la confianza, el alba se oscurece en desconcierto plegando en el declive a la esperanza: cual fárrago servil en el de

La dama y el abanico

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  Delicada y presumida, bella, confiada y serena, danza egregia cual sirena en la holganza consentida, la damisela florida con azares de verbena. Floreciente se enajena con el ritmo que conspira, melodioso si suspira el abanico que arcano, revela el sueño lejano del céfiro que delira. Danzan primicias la lira en puntillas sibilinas, tiernas caricias hialinas en el remanso de flores, sueñan odas de primores cual romanzas peregrinas. Y en el diván consentido con aire de caballero, el abanico altanero esplendente y ladronzuelo, contonea en el desvelo sus albricias presumido.  

Errante despedida

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  - Errante y vagabunda despedida y espectro de la sombra tentadora, abraza la nostalgia compungida quebrando la utopía soñadora. Se aferra la ignorancia confundida si el necio timador que la deplora, se aflige de inquietud triste y vencida. Exhausta en la mentira malhechora espera en el sofisma su guarida y anhela la sonrisa forjadora.  Bohemia y desafiante sin temores   que espliegas el perdón entre rencores.    Errante y vagabunda despedida quebrando la utopía soñadora, se aflige de inquietud triste y vencida y anhela la sonrisa forjadora.  

Nigromante Otoño

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  Nigromante amanecer de las romanzas del ocaso alabastrino y reservado, se presenta con ardicias de ilustrado, quejumbroso y lastimero en sus andanzas. Magistrales los pinceles con semblanzas del roseado declive enamorado, se sorprenden con nostalgias del pasado hechizando los senderos de añoranzas.  Junto al eco seductor de contradanzas de la brisa cefiral en despedida, fluyen briznas que contagian alabanzas. Y es el ocre celestial que nos convida al versado levantisco de esperanzas, que engalana la ventisca presumida.

Eclosión de sueños.

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    Liberar las cargas, suspirar renuevos, primores del alba, levitando ensueños : vivir el presente con gozo y esmero.   Sentir que amanecen auroras de arpegios, rosicler de trinos inspirando anhelos: cantando esperanzas con brío y denuedo. Exiliar las culpas, desterrar flagelos, azotar al odio y al fárrago etéreo del rencor superfluo, corsario de sueños. Cenital caricias de universo nuevo abrazando arrojos y osados intentos, intrépidas brisas apagando fuegos. Ventisca de asombros en el firmamento esplendente oasis, cefiral destello cuando la esperanza contagia el ingenio. Encuentros de ocasos develan empeños, nostalgias dudosas se visten de espliegos y en las rosaledas arrullan los versos. Liberar las cargas, suspirar renuevos, primores del alba, levitando ensueños, vivir el presente con gozo y esmero: ¡cantando esperanzas y eclosión de sueños!  

Filigrana en la noche

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  Filigranas de montes que asperges huellas, damiselas arcanas y luz de estrellas tan orondas de aromas tus perlas sellas y esplendentes corolas de auroras bellas.   Delicados primores de nácar dejas en campiñas de lirios y de azucenas, mariposas fragantes, blancas, serenas, enredando jazmines en las verbenas. Filigranas de arrullos y ruiseñores ruborizan amantes cual tentadores, en el ágape intenso de soñadores: que armonizan intentos entre colores. Atavismos traviesos que soberanos recurrentes de ensueños vuelan arcanos, y en pendientes de empeños versos lejanos: acarician insomnes duelos serranos.  Filigrana en la noche, tú que has amado al bohemio poeta que enamorado, vas versando los sueños entre sus vados con furtivos enigmas que le han besado.  

Tesoro que versa

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          ¡Un tesoro guarda su mito versado en cendal dorado de anhelo diezmado! Madrigal de amores guardando promesas, romanza del tiempo que a ciegas conspira cual oda que en versos quebrados delira: recuerdos que plagian ufanas sorpresas.  Sus revuelos hablan de albricias traviesas y efímeras danzas del sueño que expira, cuando abrazo el velo que preclaro admira: discreta semblanza de auroras impresas. ¡Un tesoro guarda su mito versado en cendal dorado de anhelo diezmado! En cofre de adagios e intentos frustrados, conservo avatares y alquimia de rosas y lejanas sombras de azares en prosas. Abrazan primores cuadernos sagrados, lisonjas, requiebros de noches briosas: derroche de vida cual clámide en prosas. ¡Un tesoro guarda su mito versado en cendal dorado de anhelo diezmado! Su llave conservo muy cerca del alma: cual secreto iluso que en silencio calma.  

Madrigal que suspira

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      Endecha del exilio que en piélago de sueños enajenas, ¿acaso danza errante con la arena la sombra que me inspira? Disipas con la espuma que sorprende la angustia que trasciende y agravios del ayer que nunca expira. ¡Madrigal que suspira! Endecha del exilio: ¡arúspice que en sueños reconcilio!

Y disfruta quien adora

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     Se disfruta la lectura cuando las rimas ponderan, las albricias que veneran sus etapas de locura. Llenas de azar, de ternura y vivencias andarinas, de versadas peregrinas, castillos, hadas, sirenas, en las praderas serenas de enamoradas elfinas. Se disfruta la belleza que conmueve la confianza, cuando la pluma que danza asperge delicadeza. Y el reto le da riqueza cuando musas consentidas, refulgentes, presumidas, llegan sin treguas ni ocasos desterrando los fracasos  como arúspices floridas. Y disfruta quien adora de la humildad, la grandeza del perdonar, la nobleza con su tinta pensadora. En la aventura que aflora con la lírica traviesa danzan mitos que profesan prodigiosos los primores cual rebeldes surtidores de las musas que regresan.  

Décimas a mi padre

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Hoy mi papi cumple sus 73 años. Desde esta distancia que nos separa físicamente, te dedico los versos de mi alma. Décimas a mi padre. Letras diáfanas concluyen cuando la lira me atrapa, en la nostalgia que escapa con los recuerdos que fluyen. Sentimientos que confluyen en el ocaso de anhelos, si al abrazar mis desvelos tu voluntad cual diamante, no hay distancia que quebrante las memorias que construyen. Agita el alma su aurora conmovida y silenciosa, tan preclara y generosa con la virtud que le aflora. Siento el orgullo que adora al dolor que no claudica, al ejemplo que predica el vehemente sendero, de erudito y consejero cual lumbrera pensadora. Hoy dedico la alborada de mis versos en vigilia, al amor que no se exilia en la bruma confinada. Y me acerco a la mirada de mi padre con dulzura y en la frugal desventura de no tenerte a mi lado, tú acaricias sosegado mi esperanza desvelada.       Siento papi tu paciencia en mi dolor co

Regresan las golondrinas

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  Trina armoniosa la tarde junto al sarcasmo del viento y en su clámide de intento goza el céfiro su alarde. Malva túnica resguarde al endrino sortilegio, cual tolerancia y arpegio del misterio que profesa el donaire que embelesa la romanza de la tarde. Siente el canto sus colores en afanes y promesas, trinan nostalgias traviesas ingeniosos los primores. Y ascetas son los rubores de la brisa que conspira con la musa que le inspira lisonjas de primavera en el otoño que espera sus pinceles seductores. Y regresan golondrinas de aperturas y quimeras, pitonisas de praderas tan donosas como elfinas. Vuelven libres, peregrinas en sideral florilegio, cual horizonte que egregio armoniza en la sonrisa, melodiosa de la brisa de las tardes andarinas.  

Al escrutar razones

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  Si al escrutar osado mis razones en la oquedad silente de mis besos, cual yerma soledad retos confesos insultan los pecados y traiciones.   Abismos de lamentos y versiones pretenden enjuiciar sueños traviesos, no conocen de anhelos inconfesos que extrapolan barreras y prisiones. Y en tanto que las dudas se disipan incito al sideral juego de albricias, que acequias y rubores emancipan. Exigua es tu locura de primicias que indaga los requiebros que anticipan, el délfico apogeo de codicias.

Te sorprende

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Te sorprende la mesura enamorada rubricando el despertar de la promesa, cual ocaso que eclosiona cuando besa el elixir del albur en la enramada. Me cuestionas con el brillo en la mirada y el asombro turbulento cual sorpresa, va increpando el rosicler que le profesa el enigma seductor de la alborada. Te confunde el desamor que se regresa taladrando la virtud que se profana, con la absurda insensatez que le atraviesa. Y pregonas el rencor que se confiesa elevando su plegaria soberana, ante el aura cenital que la embelesa.  

Miro tus vuelos infancia

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Sueño nostalgias lejanas de mi niñez entre rosas, con las ranitas curiosas abrazando las mañanas. ... Entornadas las ventanas del pretérito que aflora, siento el bálsamo que adora el caudal de sentimientos, con regocijo de advientos conmovidos por la aurora. Recuerdo aquel zunzuncito trasnochado y pizpireto aleteando tan inquieto en el jardín tempranito. Y evoco aquel coralito en mi silencio coqueto, atesorando discreto mi romance favorito y el primer beso fortuito de inocencia sin libreto. Soñaba ser mariposa en mi arúspice desvelo, levantisca del consuelo y peregrina virtuosa. Entre el jazmín silenciosa esplendente de mi anhelo se levitaba hacia el cielo con la razón poderosa de la quimera virtuosa ladronzuela del revuelo. Vuelvo mis ojos Atenas a tus ríos y a tus puentes, al caudal de los afluentes del Olimpo de tus penas. Al Yumurí de serenas primaveras y vergeles, palmerales y laureles en la Ermita Peregrina, como estrella que

Del Cobre y el Turquino

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  Te siento en la ventisca de fárragos desvelos, refugio de silencios y lágrimas de anhelos. Es tu manto de estrellas Señora soberana: amparo de añoranzas en diáspora lejana.   Hialina es la mirada cual Cénit de la aurora, piedad que conmociona y arrulla protectora excelsas las plegarias en vísperas de albricias y acequias de oraciones fluyendo sus primicias. Te siento solitaria en páramos desiertos, custodias las angustias ajadas que flagelan y exilian los recuerdos en prados de tristezas. Y adornas primaveras en montes que consuelan, sinsontes peregrinos trinando las proezas del Cobre y el Turquino: moradas de libertos.    

Convocas al amor: Virgen Mambisa

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Dedicado a María de la Caridad del Cobre: Patrona de mi Isla Amada. Tornasol de cielo amado entre las palmas que ponderas tu belleza en la campiña, reverencias primaveras de las almas cuando regia te convoca la Mambisa. Y el celeste corazón del horizonte resplandece entre montañas de quimeras y el vergel de mariposas en los montes purifican el edén con sus palmeras. Traes el manto del salitre y la dulzura cual gaviota de nostalgia peregrina, eres Madre de consuelo en la amargura: rosaleda en la partida clandestina. Y el donaire que acaricia desde El Cobre el desvelo del dolor que te flagela, dignifica en el derecho de los hombres la sagrada comunión que los consuela. Tan genuina golondrina entre las olas caribeña en la frescura silenciosa, entre blancas azucenas y farolas eres puente del amor: Madre y Señora. Arco iris del perdón y de la alianza, del espíritu el tesón de los anhelos y el estío perpetuado de esperanzas cuando esplendes tu sonrisa desde

Esperando el amor

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 Despide el acertijo de locuras arrullando las camelias del ocaso, el secreto que reserva sus halagos: esperando el amor entre las dudas.     Y acaricia el contubernio peregrino la discreta lealtad que no conspira, con el díscolo bregar del libertino: esperando el amor en su cobija.     Es higuera de remanso que me espera, abrazando el levantisco torbellino del amor que desordena mis fronteras y me hace prisionera del idilio.     Y sorprende con ingenio mis primores el profeta lisonjero de caprichos, nigromante del amor y sus rubores: compartiendo requiebros de suspiros.     Despide el acertijo de locuras y acaricia el contubernio peregrino, esperando el amor entre las dudas: compartiendo requiebros de suspiros.

A un verso errante

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En el verso que se escapa obcecado y reticente trina la musa obstinada arpegios de su relente, cuando la lira del alma y el néctar de su ambrosía: es acequia que conduce al cauce de la armonía. Y se aferra en su periplo el abalorio indolente de plañidera tristeza y el desamor impaciente, quejumbroso por despecho y solitaria agonía del idílico poema y empírea melancolía. Evoca sueños egregios de lágrimas y añoranzas, rubrica el verso inefable su pléyade de esperanzas y en arcanas dimensiones de nostálgicas quimeras: fluye la tinta del alma entre rimas lisonjeras. Peregrinan sus albricias bucólicas añoranzas perpetuando romanceros que alucinan sus romanzas, cuando danzan entre letras ascetas versos bohemios y besan sus desafíos: cascadas de florilegios.

Vitupera el otoño.

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    Me sonríes y despides las euforias con la carga de emotivos sentimientos, tan dilectas y esplendentes cual historias que alucinan el terral de sus lamentos.     Hubo albur más que traviesas intenciones, en el hálito fugaz de tu presencia. Hubo el fresco regocijo de ilusiones en el túrbido placer de tu inocencia.     Me sonríes en el tórrido remanso, abrazando convulsivo los vacíos del empíreo rosicler de mi descanso: cual relente que obsesiona sus hastíos.     Hubo ingenio en el verano que se esfuma levantisco, seductor y turbulento. Hubo inquietos laberintos en la bruma del ocaso cenital cual desaliento.     Y septiembre me consuela solitario, su algazara se consume con la brizna y el otoño vitupera a su adversario con el ocre cenital de su llovizna.     Hubo besos de veranos y de otoños, despedidas con suspiros de quimeras en ilusas alamedas de retoños y  requiebros de añoradas primaveras.

Arrullando versos

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Arrullos de las noches en versos y alamedas indómitos refugian postreras rosaledas, verdor de la esperanza bordada en moraledas y aroma de los cuerpos a espliegos y arboledas. Murmullos que esplendentes aspergen las praderas, dondiegos que florecen nocturnos cual quimeras parecen arco iris de ufanas primaveras, danzando con las musas arúspices esperas. Romances subversivos de versos que traviesos ingenian talentosos primores que confesos, susurran en gemidos crepúsculos ilesos y apresan peregrinos amantes entre besos. Persiste el desafío de célicos misterios endrinos y azulados de ascetas cautiverios y espíritus bohemios vagando sus imperios, en noches perpetuadas de azules primicerios. Vergel de los versales en montes de azucenas y anáforas postradas de imágenes serenas, arrullan las nostalgias de noches y verbenas en prosas recitadas que rompen sus cadenas.  

Sé de ti

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        Sé de ti lisonjero intrigante de escapadas silentes discretas. Sé de ti nigromante de tretas, mi bohemio galán petulante. Y laceras mi sol desafiante de cruzadas frugales y ascetas, si renuncio a las odas profetas que presagian tu voz anhelante. Sé de ti porque plagias promesas en infames miradas rijosas, profanando los labios que besas. Y atormentas los sueños que acosas con sofismas que nunca confiesas: levantisco altanero entre rosas. Caprichoso sultán de las prosas que al azarbe de versos provoca y al primor turbulento convoca: cual rebelde de noches brumosas.

Te visito en mis sueños

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      Te visito en mis sueños con acordes del alma sinfonías de asombros y armoniosos consuelos, que entre nubes de besos son relentes de calma. En silencio de sombras tan sutiles promesas se vislumbran divinas en ufanos desvelos, del periplo de acequias que humedecen ilesas.   Las miradas intensas de embrollados revuelos desordenan caricias de ancestral clandestina, que flagelan codicias de requiebros y anhelos. Y es la brisa que enjuicia la visita genuina de los sueños bohemios ladronzuelos de albricias. Es la musa hialina cual fugaz peregrina contagiando placeres con sensuales delicias. Entre nubes mis besos son relentes de ardicias cual visitas celestes de las almas frugales. Son preclaros ensueños de sublimes primicias y algaradas traviesas de quimeras versales.