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Mostrando entradas de agosto, 2012

Arúspice y sensual

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        Cual diosa de cendal velo hialino hermosa y cenital entre luceros, ufana de requiebros lisonjeros ofreces tu horizonte clandestino.   Empíreo es tu revuelo peregrino celosa de crepúsculos viajeros, ondina de romances hechiceros traviesa y desvelada en el camino. Bohemia libertina de primicias, esconde el rosicler de la alborada en loca desmesura de caricias. Oasis enigmático de albricias, remanso de odalisca enamorada arúspice y sensual en sus delicias. Arúspice y sensual en sus delicias la luna cobijada de misterios, osada flagelando cautiverios despoja los anhelos de malicias.

Llegas a mí

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   Llegas a mí de musa consentida la dueña de mi osado atrevimiento, el brío de la tinta que me inspira y arrojo del versar en mi destierro. Llegas a mí nodriza que se asila, frugal en la oquedad de mi universo, genuina, soñadora y altruista, cual égida que ampara sus misterios.  Llegas así de ilusa golondrina que emigra quijotesca entre los versos, cual Venus del Olimpo que acaricia la lira que rubrica su denuedo. Llegas vital, locura de las rimas y anáforas del éxodo bohemio, de letras que alucinan despedidas y el céfiro placer aventurero. Vives en mí virtuosa poesía, el numen que hipnotiza cual espliego dilecto romancero de caricias: besando los arcanos sortilegios. Llegas a mí de musa consentida la dueña de mi osado atrevimiento. Vives en mí virtuosa poesía, besando los arcanos sortilegios.

Se despeña el intento

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  Se despeña el intento conmovido expirando la congoja que condena, pues la oscura soledad parca le ordena confinar su anatema en el olvido. En atávico sendero recorrido va el intento que alucina y desordena, el empeño vehemente que resuena en averno lacerado y confundido. Se quebranta el altruismo en su flagelo, cual azote consternado que estremece el oasis esplendente de un anhelo. Y despeña la malicia que fenece su pereza al desprecio que envilece, exiliada en azaroso desconsuelo.  

Ufana seducción

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   Ufana seducción Conspira enamorado el alborozo de amarte en la penumbra silenciosa, cual tierna seducción que presurosa conquista el sortilegio del esbozo. Carisma de la entrega que no espera ansiosa se provoca quejumbrosa, con aire de doncella entre la rosa y espliego placentero de quimera. Mesura confinada entre taludes candente de inquietud se conmociona y el brío cenital que la emociona abraza en apogeo sus virtudes. Locura en la dulzura que acaricia cual brisa placentera y excitante, la danza celestial, viril y amante que intensa desordena su malicia. Arúspice susurra el entusiasmo  jadeante en el frescor del regocijo, revela en su algazara el acertijo y ensalza el rosicler en el orgasmo. Conspira enamorada con un guiño inmersa entre caricias pretenciosas, osadas travesuras silenciosas : delicias del romance y del cariño. 

Besando desventuras

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La súbita eclosión que se revela de absurda lobreguez de soledades, depura su tristeza y se subleva. Silencio que alimenta necedades, que obstinan interiores de quebrantos y ocasos vehementes de saudades. Tristezas que suspiran desencantos y arpegios de sutil melancolía, contemplan la eclosión de sus encantos. Aurora que amanece en la armonía y espigas del aroma que eclosionan: presumen el vergel de la ambrosía. Azares que traviesos no perdonan, desidias que desprecian los anhelos de amantes peregrinos que abandonan.  Besando desventuras y revuelos de albricias consentidas de esperanzas, la osada rebelión de los desvelos: asperge sus bohemias añoranzas.

Andar y despedida

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      Donoso con su andar en despedida segando sus misterios con donaire, garboso resplandece con desgaire y abriga la amapola resentida.     Garboso resplandece con desgaire, airoso con la gracia resplandece y acequias del estío que fenece refugian sus aromas con socaire.     Y acequias del estío que fenece conspiran el azarbe cual cascadas, despiden las azules alboradas y ostentan el ocaso que amanece. Despiden las azules alboradas de espliegos florecientes cual revuelos, las mágicas albricias y desvelos de noches ladronzuelas conspiradas. Las mágicas albricias y desvelos, crepúsculos celestes consentidos confinan los amantes bendecidos: traviesos clandestinos entre anhelos.

El sueño que perdiste

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    Iluso de proyectos aspiras la quimera, aroma del deseo fragante que persiste, divino que alucinas el sueño que perdiste buscando el altruismo bohemio a tu manera.     Divino que alucinas el sueño que perdiste, tan débil fue la alianza y efímero tu hechizo postrado ante el deseo endeble y quebradizo, contempla la utopía que diáfana resiste.     Postrado ante el deseo endeble y quebradizo, cual aria del romance versado que conmueva descubre el florilegio vital que se renueva, de intruso peregrino frugal y advenedizo.     Descubre el florilegio vital que se renueva de acordes cotidianos y azares que ponderan, loables primaveras en versos que superan ocasos cenitales del sueño que se eleva.       Aroma del deseo fragante que persiste, cual aria del romance versado que conmueva descubre el florilegio vital que se renueva: divino que alucinas el sueño que perdiste .   

Contagia amor.

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        Contagia amor tu seducción airada plagiando la ilusión que se motiva, cual mágica mirada que cautiva: rubrica con caricias su velada. Presagia las entregas de su amada ansiando aquel abrazo a la deriva, con la sensual sonrisa que lasciva: excita su algazara tan osada. Y besas el oasis del remanso, cual hálito fecundo de primicias de aurora novedosa en su frescura. Contagia los deseos sin malicias, lujuria del amor en su descanso, albur y conmoción en su locura. II Albur y conmoción en su locura quebrando las angustias sin venganza, augura amor sublime de confianza y anula en el perdón la desventura. Delicia que supera la atadura e inspira el corazón con la templanza, cual néctar del excelso que se afianza: al gozo rosicler de su dulzura. Y alienta de traviesas aventuras encuentros de requiebros y de albricias: rijosas sensaciones que contagian. Besadas tentaciones sin codici

Evoca el corazón

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Evoca el corazón más que memorias: si cantan solitarias las historias. Insípida tristeza que doblega recuerdos que en el tiempo languidecen, cual huellas que con perlas humedecen: la intensa soledad que se repliega. Abraza la distancia que sosiega el fárrago abismal que se estremece y evoca en el desorden que fenece: la osada soledad que se reniega. Evoca el corazón más que memorias: si cantan solitarias las historias. Arrulla con rosácea primavera la historia que armoniza con mesura: ocaso de un recuerdo que perece. Y atávico el sendero cual quimera, que agita la inquietud que no perdura: alude el optimismo que florece.     Evoca el corazón más que memorias, si cantan solitarias las historias. Evoca el sentimiento que presagia: el alba de esperanza que contagia.

En el instante exacto.

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 Si el tiempo del ocaso me llega reservado, en el instante exacto de amar las primaveras, no habrá yermo desierto sin alas de quimeras, ni estéril argumento de un sueño confinado. Crepúsculo infecundo del iris refugiado, en el umbral  celeste de túrbidas higueras y el trino de sinsontes y alondras lisonjeras: serán la sinfonía del beso conspirado. Mientras, mi corazón recibe la advertencia cuando el tiempo impetuoso y arúspice de enigmas,  augura en su delirio la lírica elocuencia. Y vive en el ocaso el numen consagrado, dilectas son las huellas que dejan sus estigmas, cual pléyade de azares que el tiempo ha reservado. ¡En el instante exacto: preludio del ocaso!

Hoy caminaré

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Hoy caminaré senderos abiertos de su mano iré  con virtud y arrojo, no le temeré a los desaciertos y al amanecer llegaré de rojo. Cubrirá mis pasos los claveles muertos, que evocan el beso y antaño sonrojo. Tú suspirarás placeres y aciertos, cuando la mirada suplique de hinojos, entre mis senderos discretos de arrojo.  Cuando me acaricie la brisa los ojos: te desafiaré con mi andar sereno, besando el oasis en desierto ajeno.  Hoy caminaré senderos abiertos y al amanecer llegaré de rojo, tú suspirarás placeres y aciertos, cuando me acaricie la brisa los ojos.  

Un sueño poeta

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 ¡ Mito de su encanto versando la senda y un alba de rosas, diamantes le ofrenda ! Un sueño poeta, vagando en la sombra de límbicas letras, ufanas, perdidas, surcando horizontes de rimas heridas, honrando el talento versado que  nombra. Edén de la espera que el mito renombra, cual vergel  rosáceo del alba rendida  y anáforas sueltas rimando la vida del ínclito ocaso del verso que asombra. ¡ Mito de su encanto versando la senda y un alba de rosas, diamantes le ofrenda ! Sueño de bohemio con brizna de azares y el arrojo osado de su pluma inquieta seducen augurios de iluso profeta.  Versos abrazando caricias cual liares sujetos a ensueños de lira discreta: empíreo destino de aurora y profeta.  ¡ Mito de su encanto versando la senda y un alba de rosas, diamantes le ofrenda ! Refugio de un verso que el sueño supera : el intento iluso de sutil quimera.

Veo a la luna.

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 Veo a la luna danzar doncella  entre los nimbos divina e ilusa, siendo el lucero quien la atropella, cuando su ardiente beso rehusa. En aura regia brilla la estrella, cuando la luna gira confusa. Y en el remanso su luz destella, con la mesura de ninfa intrusa: luna traviesa, diáfana y bella. Danza entre silfos sin otra excusa, que el torpe beso dejó en la aurora: cuando su aroma coqueto ignora. Veo a la luna danzar doncella cuando su ardiente beso rehusa y en el remanso su luz destella, danza entre silfos sin otra excusa.

Ansia bohemia

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Misantropía de tu arrogancia y entre  suspiro y melancolía:  abrazo el ego de tu fragancia. Hizo taludes la apostasía y en el declive de nuestra audacia, rúbrica exigua de tu agonía. Ansia bohemia, tan solitaria y albas tentadas en la utopía, cual gris ocaso de una falacia.  Reto inasible de melodía, que en el sublime acorde del alma: llegue al arcano beso que calma.  Misantropía de tu arrogancia,  hizo taludes la apostasía,  ansia bohemia, tan solitaria,  reto inasible de melodía. 

Al suspirar

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    Al suspirar con tus halagos siento el claro sortilegio de tu magia, traslúcido misterio que se plagia con versos del hialino sentimiento. Tan claro cual dilecto pensamiento, me fluye la caricia que presagia, la tierna suavidad que se contagia del tórrido suspiro que presiento.  Beber la sombra rosa del pecado y así amanecer en tu alborada: ufana del primor y la osadía. Sentir el rosicler enamorado del tierno atardecer en la algarada: de azares y armoniosa sinfonía.

Inquieta musa

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Inquieta musa que arrulla en prosa la vida intensa, asceta y frugal, parca y sensata entre una rosa   sigue el aroma del regio umbral. Con tus aspergios cantas virtuosa y es tu consuelo: beso ancestral.   Inquieta brizna, sensual, rijosa, que en su versada oda vital seas la musa que besa en prosa. Siente el errante verso llegar, tierno y seguro, sobrio y bohemio, que fluya en prosa cual florilegio. Inquieta musa que arrulla en prosa  sigue el aroma del regio umbral, inquieta brizna, sensual, rijosa, siente el errante verso llegar. 

Genuina en la virtud

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De ilusión vistió su corazón un día y en tanto que el dolor le sedujera, pudo vencer el alma su quimera en medio del engaño y la agonía. Anhelos y visiones consentidas de erráticos axiomas y apotegmas, quebraron ante el duelo por la espera de ascéticas renuncias y utopías. En ascuas la evasiva reticente y el eco del lamento que sofoca, umbráticos descansan entre sombras. Y excelsa la ilusión que no se asombra florece en rosaledas con la aurora, genuina en la virtud que permanece.  II Genuina en la virtud que permanece y austera rubricando su mesura, se inquieta ante la bruma de las dudas y umbrosos avatares que la envuelven. Se viste del primor cuando amanece de azares entre mieses y amapolas, celeste la ilusión que se enamora de arcanas melodías que la aspergen. Y el aura del crepúsculo inefable oasis de ilusiones clandestinas, comparte en sus azares las caricias. Se viste el corazón con las albricias, de ing

En ínclito horizonte del silencio

Siento el rozar del beso reservado agitar el conmovido florilegio, siento el arisco empeño del silencio, al turbar el melancólico arrebato. Siento el frugal rozar conmocionado, de los labios susurrando sus misterios y el atávico versar parco y bohemio desterrando las nostalgias del pasado. Es verdad, eres el hálito de auroras, eres dueño del edén que me emociona cuando rozas mis azares con tus besos.   Es así, siento el remanso sin mentiras, sin arcanas sensaciones reprimidas en ínclito horizonte del silencio. II En ínclito horizonte del silencio el destino perpetúa sus primores, cual bohemio que eclosiona sus pasiones, en la inquieta seducción de su universo. Es preclara en el sublime sortilegio la genuina candidez que no se expone, al absurdo laberinto de rencores ni a la terca negación del desconsuelo. Siente así en la osadía que se atreve al besar la poesía que conmueve, la virtuosa gratitud de su denuedo. Es as

Se hizo la luz.

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  Hizo la luz su voluntad en el silencio, hizo el edén, sueño y verdad, brizna  y desierto.  Hizo el amor, tregua y vergel, aura y destierro,  en cenital clímax fugaz de su denuedo. Hizo el azar prados de amor cual rosaledas y en la armonía su musitar égloga intensa. Hizo el albur plena intención de las quimeras y en el placer canicular toda mi hoguera. Hizo el amor cuerpos temblar en el idilio, hizo alcanzar tórrida paz cual paraíso. Hizo besar sombra y deidad, sexo y hechizo, en el placer de cabalgar nuestro delirio. Casta virtud, púdico amor que no se vende, puro y leal haces la luz que me estremece y me posees franco y vital cuando el relente, en la osadía de tu pasión cubre mi fuente.  La intrepidez de tu besar es mi alimento, hace vibrar todo mi ser tu atrevimiento, néctar vital, lluvia de amor bañan los cuerpos, en el romance fiero y sensual del apogeo. Se hizo la luz, blanco candil de la armonía  y el carmesí gozo de amar l