Poeta del camino.

 

En el azar de la eclosión perfecta
del súbito silencio del lirismo,
extraña lobreguez del egoísmo
desvaneció la tinta del poeta.

Depuraron las dudas entre letras,
al revelar furtivo simbolismo
y la emoción del regio desafío,
armonizó dilecta la elocuencia.

En el versar amorfo del destino,
umbrosa se perfila la indulgencia:
cansada de alborozos peregrinos.

Albricias del efímero delirio
que busca en la preclara  contingencia,
el  ínclito poder de su lirismo.  


II

El ínclito poder de su delirio 
en la misión de perpetuar las letras,
con la verdad sin trampas ni promesas
que asfixien lo supremo del lirismo.

Sensibles aflicciones y quimeras,
prosaicas sensaciones del olvido,
enigmas de ideales confundidos,
que egregios se compendian en poemas.

Utópicos ensueños y espejismos
besados por las rimas del poeta,
que cantan al ascético destino.

 
Y el súbito silencio peregrino,
se confinó en la mirada excelsa
del  místico poeta del camino.



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