Para Alfredo Arencibia Méndez: Descansa en paz.

Llanto del alma que mi pesar alcanza,
llorando mis ojos la agonía,
sintiendo en cada lágrima la alianza,
del bárbaro dolor de tu partida.

Llanto de esperar en la impotencia
la intriga de la muerte susurrante,
con lágrimas abrazo tu presencia
y aferro los recuerdos suplicante.

La angustia y la aflicción del cruel declive,
sofocan la esperanza entre las penas,
congoja de la vida que se extingue
y ocaso del dolor que la condena.

Flagelo incontrolable que cercena
y azote del dolor que no perdona,
robándole a la vida sus quimeras,
cual látigo imparable que le azota.

Tus ojos se han cerrado eternamente,
fallece la energía de tus horas,
transitas a la luz omnipresente
al seno del amor y de la gloria.

El llanto que tributa su amargura
con rostro compungido y destrozado,
recibe en el consuelo tus memorias
y ruega en el sudario tu descanso.

Atrás la adversidad y la amargura,
tu cuerpo ya agotado ante el calvario,
expira su congoja ante la angustia,
buscando paz eterna en campo santo.



Dedicado al mejor amigo de mi padre, al Sr. Alfredo Arencibia Méndez. Más que amigo un hermano desde sus tiempos jóvenes en Cuba. Jamás hubo límites en esa amistad, ni el tiempo ni la distancia hizo mellas en su hermandad. Hoy sus ojos se han cerrado y su alma camina hacia el encuentro con nuestro Señor Jesucristo. Descansa en paz, Alfredo, tú ganaste el paraíso con tus obras de  amor, con tu calidad como ser humano: honesto, sincero, leal y siempre amigo.
Jamás olvidaré todo el apoyo que me brindaste desde mi llegada a este Gran País, gracias por toda la ayuda que siempre nos distes, en especial a mi padre, a quien jamás abandonaste. Hoy lloramos con toda tu familia, estamos tristes porque el cáncer ésta vez pudo más que tus deseos de vivir y tus energías, pero sabemos que nunca el optimismo y la fe te abandonaron.
¡Descansa en paz ! ¡ El Señor de la Historia te recibe en su santo seno !

















Comentarios

  1. La vida continúa y los recuerdos son los que permanecen y mantienen vivas a las personas en los corazones. Alfredo seguirá vivo en mis recuerdos y sus consejos me serán útiles siempre, pues él preparó mi cosmovisión en este nuevo mundo tan lleno de oportunidades, pero también tan complejo. Hubiese aprendido mucho más de él, pues siempre le consulté hasta el mínino detalle y paso a seguir, pero sé que quizás donde se encuentre, también él me guiará y cuidará, pienso que logré ganarme un lugar en su corazón, como él supo ganarse el mío para siempre. EPD.

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  2. Seguramente que al leer tu poema desde ese lugar donde se encuentre,se sentirá orgulloso y feliz de haber cooperado con su amistad hacia ti en que tan bellas letras hacia su persona se hayan hecho realidad,y que tú,Aimée,tan generosamente nos hayas dejado compartir.
    Un abrazo.

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