Entre sábanas blancas.

Hoy siento tantas cosas, que el escribir no basta,

y limitar no puedo las ansias de mi alma.

Las alas de mi pluma cargadas de añoranzas,

al hado de las letras conquista con la magia

de un verso imaginado entre sábanas blancas,

con aroma de besos  despidiendo fragancias.

Instantes y silencios, imágenes soñadas

hoy me lo dicen todo sin el sopor de lágrimas,

todas fluyen con prisa al surtidor de versos,

en el letargo amado del más tierno embeleso.

Soy poesía misma cual resplandor o hielo

mi pluma es bendecida en un sendero etéreo:

y en este frío seco o en el otoño muerto,

mis labios se estremecen cuando al besar el cielo,

siento fluir la brisa de algún capricho ciego.

El eco de un abrazo se pierde en los deseos

con juegos de erotismo, placer y desenfreno;

y en la tierna caricia o en el fecundo anhelo,

te internas al profundo abismo de mi verso

donde fluye la vida cual manantial de sueños.

En la cadencia loca de armonizar los cuerpos,

tu ego me conquista y controlar no puedo,

este fuego perpetuo, que se torna supremo

y me domina toda seduciendo mis ruegos,

 de alcanzar esa cima en el éxtasis pleno,

al tocar las estrellas en sublime destello.

Hoy siento tantas cosas, que al escribir mis versos

desnudando mi alma con letras de tu cuerpo,

seduzco la mirada clavada en el espejo,

de tus ojos que atrapan  de mis labios un beso,

entre sábanas blancas y suspirando anhelos.