Espectro de luces dispersando colores y matices, aromas desleales y fugaces , otros sublimes y sutiles, sonidos ondulados con frecuencias distintas y lejanas, que ensordecen aún en la cadencia del silencio . Ánimas sofocan el ambiente con sus velos y suspiros, algún que otro duendecillo escapado de la imaginación regala un sollozo asustadizo a las tinieblas. Gama de musas y ángeles llenan los vacíos perfectos entre almas y sombras. Alfombras de nubes adornan su fragancia con lirios, azucenas y margaritas, todo huele a delicadeza y misterio, todo blanco entre la imperceptible mezcla de colores que atraviesan el prisma de mis ojos y petrifican las pupilas en un suspiro incomprendido de la nada. Es el día para danzar la melodía de la resignación y la partida, para inundar con velas el espacio infinito, ese que confunde el cielo con el mar y que no dice adiós, porque una espera de gloria reconfortará el encuentro de las almas que no olvidan . Es el día de la melodía ausente, del arpa que toca solitaria su reto con la vida, de el verso que quedó inconcluso en su laberinto de metáforas y estribillos, de un sueño que se truncó en olvido, de una oración sublime sellando la alianza con lo supremo y lo divino, es el día de lágrimas calladas , deudas de amor insostenibles y preguntas que quedaron sin respuestas consumidas al silencio y al vacío, quizás por ser discretas, tal vez por egoísmo.
Espectro de ilusiones, de amor y desatinos,
colores de la muerte en dulce desafío
y yo voy esculpiendo mi alma cuando escribo,
aquello que en mis versos dibujan el vacío.
Espectro de silencios, postergas los olvidos,
invitas a esta danza sublime de suspiros
y en vuelo de paloma, espíritu divino
elevas mi plegaria: bendices mi destino.
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