Cruzamos los caminos.

El poder del amor no es una quimera, no se esconde, no es invisible. En el etéreo mundo de su tiempo motiva amaneceres y crepúsculos.
Así comenzaba  aquella crónica mi amiga de la infancia, una bohemia como yo, de pensamientos alados por la imaginación y la fantasía sin espacios ni renglones. Habíamos crecido muy unidas, en el mismo barrio y con similares creencias. Compartíamos nuestros juegos y las primeras estrofas salpicadas de inocencia y de la malicia infantil con todos sus encantos y sus riesgos.
Y qué decir del amor por la lectura ? Claro, por la buena lectura , esa que no distingue  los años ni las épocas, porque marca espacios definidos en nuestras vidas para siempre. Si hacíamos algo fuera de lo común, y venía algún castigo justiciero de nuestros padres enfadados, pues ni modo, todo quedaba resuelto en nuestros ánimos: una buena y justa penitencia en  la cama disfrutando de muy buenas lecturas, viajando con la Estrella del Sur, ó perdidos junto a Robinson Crusoe,  participando de los desafíos con Tom Sawyer, ó derramando alguna lágrima con Oliver Twist. Aprovechábamos eso momentos únicos, sin resentimientos ni enojos, viajando a lugares insólitos y viviendo épicas batallas en los sueños.
Cuántas veces en esas penitencias justísimas para nosotras, aprendíamos de memoria las poesías de Martí, danzábamos con la Bailarina Española, imaginando el repiquetear de los tacones y castañuelas, con mantón y rosas en el pelo y labios que besaban sonrisas púrpuras al cielo; y vivíamos el inocente amor de la niña de Guatemala, aquella que por dejar de ver al desmemoriado de sus sueños, se internó un atardecer frío en el río para morir de amor. Y así, bellas historias de princesas y hadas, de maleficios y tinieblas iban llenando todos los vacíos que esculpían gota a gota nuestras almas bohemias y comenzaban a fluir en nuestras primeras estrofas, versos llenos de esa magia que sólo se le puede percibir aún en las tinieblas, porque su luz no se extingue en los abismos.
Así crecimos, lábiles y frágiles en el amor, fuimos gaviotas sin destino, evadimos el pragmatismo de una época que ahogó la espiritualidad y lo sensible, creando la más ruin contradicción de sentimientos y forjando una doble moral  en un mundo de engaños, falacias y mentiras.
Cruzamos los caminos, tú volastes del nido con ansias de poeta, atravesastes legiones de problemas, el miedo no te venció y anidastes en otra tierra sin raíces, emigrastes a otro tiempo sin doblegar tu espíritu.

Distanciamos  los mares de tu mundo y el mío,
amiga de la infancia, de adolescentes bríos,
imaginé olvidarte, el tiempo era testigo,
y la vida pasaba , el trabajo y los hijos ,
fueron llenando espacios en mi mundo vacío.

Después de tantos años, el reencuentro de nuestros mundos, surcó el horizonte. Yo también liberé mis alas esclavas de frutraciones y ahogadas en el miedo. Emigré sin raíces y como a tí, también me golpea la nostalgia y no creo en el olvido. Leo tus crónicas y tus vivencias y es como acercar de nuevo, los mares de recuerdos a mi vida, y dejo salir mis laberintos que discrepan mis horas y mis días, angustias, depresiones, incomprensiones sustanciales y muy pocas alegrías.

Difícil peregrinar en estas tierras,
pero al menos la libertad no está oprimida,
cuando escribo lo que pienso y lo que siento
sin la contradicción de la porfía,
ni la avaricia soledad de la mentira.

Hoy como ayer, el poder del amor  eternamente universal, se hace rey en el florecimiento de las flores y los árboles, en la alianza de la lluvia con el sol , en el juego de los colores del arco iris, en la magia de cada estación que deja huellas, en el aroma y en la tierra que pisamos, en la melodía que se nos escapa en cada peregrinar de nuestros días, y en todo lo que esté lleno de belleza,  lleno de misterio, sensualidad y prodigio. Todo lo que llega y se escapa, todo lo que se atesora con la voluntad que conjura  la divinidad de la existencia, con la excelencia de lo que se percibe con amor.
Pero su fragancia sólo alcanza a los corazones de los verdaderos amantes, de los que aman la lealtad y respetan la identidad del ser amado, de los que aceptan las virtudes y defectos, aquellos que superan las miserias humanas y enriquecen con detalles cada emoción y cada intento, para  no sucumbir en la rutina de la soledad y la desesperanza. Sólo los ciegos selectivos y analfabetos emocionales exigen ver los prodigios del amor. 

Tú y yo sabemos que el prodigio  está en la esencia humana, en ese mejoramiento racional que nos eleva y nos distingue. Ese que nos enseña y nos invita a  mirar con el alma, para reconocer lo prodigioso en todos los rincones del universo.

 Cruzamos los caminos atávicos un día,
pretérito de historias anhelando partidas,
y en este abrazo eterno de poemas y  rimas,
compartiendo el elixir cual alquimia  de vida,  
abrazamos la inercia entre letras divinas, 
sembrando en nuestras almas de bohemias perdidas,
el inefable augurio de la prosa vencida
rimada con los besos de mi fiel poesía.


Comentarios

  1. Esto esta bellisimo...simplemente genial y que ternura transmiten esa multitud de recuerdos de la infancia reflejados en una mezcla de poemas y prosas....me conmovio mucho..

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  2. ... (¯`*•.¸SuEñA¸.•*´¯)
    ... (¯`•.•´¯)AlEgRa Tu CoRaZóN
    *`•.¸(¯`•.•´¯)¸.•´
    ¤ º° ¤`•.¸.•´ ¤ °º ViVe El MoMeNtO ♥♥♥ !!!

    Sueña siempre que tengas ganas,
    Sueña a lo Grande,
    Sueña... que nada es Imposible,
    Sueña con un Amanecer azul de Mar,
    con un atardecer de terciopelo,
    y un anochecer de suave caricia...

    Entrégate con pasión a tus deseos,
    Lucha con todas tus fuerzas,
    Revive ese Corazón !!

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