Galán de mis desvelos
Mi único devoto, mi amante y mi escudero osado y atrevido, galán de mis desvelos que asume mis caprichos, mis ansias, mis anhelos dejando con ternura su sello placentero. Mi amor, mi consentido, mi intrépido viajero que siempre peregrino se afinca en mis revuelos, que impregnas tus delicias, me elevas a los cielos en tórrido arrebato mi délfico alfarero. Me mimas, me seducen tus manos de poeta las mismas que acarician y vierten su dulzura aquellas que apasionan, que alcorzan y cincelan. ¡Y qué decir del verso que dicta esta locura resuelto, vigoroso, que inspira y que decreta el oasis intenso de aquellos que se anhelan!
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