Caminamos juntos.


Caminamos juntos esta mañana húmeda, tus pasos y los míos dejaban huellas que la llovizna fina e insistente borraba con prisa, como quien afanosamente cumple su tarea, con la perfección de la misión cumplida. Laboriosas arañas han hilado sus mágicos tejidos, entre árboles y arbustos, perfectamente dispuestos para empañar nuestros ojos cuando las atravesamos  impetuosos, sin percatarnos que deshacemos aquellas obras de la creatividad ingenua y caprichosa de la madre naturaleza. Y entonces ahí comienzan las interrogantes, y ese deseo de querer abarcar el mundo en una sola respuesta. Travieso el pensamiento que pretende explorar en una mañana tantas cosas que son reservadas al intelecto humano, porque se debaten entre enigmas que van más allá de lo que podemos ver con nuestros ojos y con nuestras almas.

Y así seguimos tú y yo, hacia un mismo destino, pero con pensamientos puestos en detalles diferentes, yo tratando de detener el tiempo en los instantes irrepetibles que iluminan mi interior, y tú tratando de que el reloj vuele los minutos para desandar el trayecto monótono de todos los días de regreso a casa. Pero los dos motivados con un sentimiento que puede vencer cualquier inconveniente, aún en la tormenta de difíciles metas ó frente a la irreverente incomprensión de pensamientos ajenos a nosotros, que estrangulan nuestras energías aún en la distancia.

 Llegamos al punto donde cruzamos los caminos, tú hacia tus sueños y yo siguiendo los míos, detenida en el instante en que tu beso y el mío se condensan en la mirada de mis ojos, porque me encanta mirarte cuando conjugas tu boca con la mía, y así, con el sabor que dejas en mis labios, continúo dejando la estela de mis huellas, mientras la llovizna sosegada, cautelosa y reservada me acompaña, salpicando mi rostro y mi cabello abatido por el viento suave, húmedo y fresco. Taciturna me abstraigo en el silencio melodioso que camina conmigo sin proponerme nada, cómplice y testigo de mis pasos, de mi respiración y de un suspiro que fugaz  escapa de mi mundo. Caminamos juntos esta mañana húmeda amados por la  lluvia, con el delirante aroma de mis versos  cuajados en mi espacio.








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